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La edición como obsesión


A veces una foto se convierte en nuestra obsesión; ya sea en el momento de la captura de imagen, o en el momento de la edición. En este caso concreto, a mi me ha pasado con el tema de la edición, ya que la toma de la foto la tuve clara desde el primer instante.

El caso es que la idea que tenía yo en la cabeza y que quería transmitir con la edición, no terminaba de conseguirla. Ya fuera por la pérdida de luces o porque los colores me parecían demasiado falsos.

No me gustaban las imágenes que conseguía.

Me parecían demasiado artificiales. Estaba buscando un punto de equilibrio entre mantener la idea que yo percibí cuando tome la imagen y una edición correcta en la que no se perdiera blancos ni zonas intermedias.

La consecuencia final fueron sido multitud de versiones y unas cuantas horas ocupadas en la edición. Volver a empezar en varias ocasiones. Volver a cortar, volver para atrás, repetir efectos, poner mascaras, etc.

Al final tuve que parar y descansar. Dejar el tema y ponerme a otras cosas. Mas tarde, con la mente despejada, volví a ello y el resultado es esta imagen.

Es mas que probable que gran parte de los cambios que realcé fueran tan sutiles, que solo mi propia obsesión en esos momentos fuera la única que pudiera percibirlos.

Os dejo aquí una galería de los distintos cambios. ¡Ya me diréis!

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